jueves, 28 de febrero de 2008

ESPIRITUALIDAD AZTECA, ESPIRITUALIDAD UNIVERSAL

ESPIRITUALIDAD AZTECA,
ESPIRITUALIDAD UNIVERSAL

Como este tema pudiera parecer extraño, abstracto, “académico”, sin conexión con la vida y sus problemas concretos, o sin relación con nuestra Resistencia, permítanme comenzar por la conclusión que pondré al final de varias partes... Lo hago con la esperanza de que al adelantar los párrafos conclusivos despierte su interés por todo el tema y la obra que le da sustento:

La importancia de la reflexión e investigación del maestro Rubén Bonifaz Nuño –connotado académico de la Universidad Nacional Autónoma de México- es que de inmediato conduce, por la sabiduría analógica, a correlacionar sus hallazgos con otros semejantes en las áreas de la ciencia, de la filosofía, de la espiritualidad y del arte universales... Es inevitable que nos haga pensar en la cinta de Mobius, en el bing bang primordial, en las nociones físicas actuales del “universo plegado-desplegado” (Bohm), en la holografía, en el método analógico, en la tesis-antítesis-síntesis hegeliana, en las religiones y espiritualidades trinitarias, en el caduceo de la medicina, en la teoría neurológica trinitaria de Mac Lean, etc... Y es también inevitable que uno se llene de asombro, de admiración y de respeto por la sabiduría del ser humano en su conjunto reflejada en estos antepasados nuestros (aztecas y en general indígenas mesoamericanos)...

Si logramos disponer nuestro espíritu, seguramente experimentaremos, con toda claridad y fuerza, lo que Bonifaz Nuño dice experimentar cuando está frente a la Coatlicue (la imagen principal que analizaremos en este trabajo): “Nada hay en ella que pueda ser, para ojos limpios, horripilante o macabro. En ella todo es condensación de poderes, certeza de armonía futura... No creo, por lo demás, que haya nadie que se sustraiga a esa sensación de poder ‘tremendo’ que irradia de la imagen, a tal punto que puede decirse que ante ella no se está frente a la imagen de un dios, sino frente a la figuración de un poder” (Todas las citas, excepto cuando se señala otro origen, son de su libro Imagen de Tláloc)...

Esto que dice el maestro Rubén Bonifaz explica el siguiente texto de Moxó y Francoly en sus Cartas mexicanas de 1805, al poco tiempo de descubierta la hoy llamada Coatlicue: “La estatua se colocó... en uno de los ángulos del espacioso patio de la Universidad, en donde permaneció en pie por algún tiempo, pero al fin fue preciso sepultarla otra vez..., por un motivo que nadie había previsto. Los indios, que miran con tan estúpida indiferencia todos los monumentos de las artes europeas, acudían con inquieta curiosidad a contemplar su famosa estatua. Se creyó al principio que no se movían en esto por otro incentivo que por el amor nacional, propio no menos de los pueblos salvajes que de los civilizados, y por la complacencia de contemplar una de las obras más insignes de sus ascendientes, que veían apreciada hasta por los cultos españoles. Sin embargo se sospechó luego, que en sus frecuentes visitas había algún secreto motivo de religión. Fue pues indispensable prohibirles absolutamente la entrada; pero su fanático entusiasmo y su increíble astucia burlaron del todo esta providencia. Espiaban los momentos en que el patio estaba sin gente, en particular por la tarde, cuando al concluirse las lecciones académicas se cierran a una todas las aulas. Entonces, aprovechándose del silencio que reina en la morada de las Musas, salían de sus atalayas e iban apresuradamente a adorar a su Diosa Teoyaomiqui. Mil veces, volviendo los vedeles de fuera de casa y atravesando el patio para ir a sus viviendas, sorprendieron a los indios, unos puestos de rodillas, otros postrados... delante de aquella estatua, y teniendo en las manos velas encendidas o alguna de las varias ofrendas que sus mayores acostumbraban presentar a los ídolos. Y este hecho, observado después con mucho cuidado por personas graves y doctas..., obligó a tomar, como hemos dicho, la resolución de meter nuevamente dentro del suelo la expresada estatua”...

Reflexionemos un poco en el texto, más allá del notorio desprecio extranjero de estos autores ante nosotros y lo nuestro: ¿Cómo fue reconocida esta imagen -que llevaba más de dos siglos oculta bajo la tierra-, que de inmediato volvieron a rendirle culto? ¿De qué manera se había conservado en ellos la noción de su carácter venerable? ¿Por qué decidían los indios acudir, violando estrictas prohibiciones y, posiblemente, exponiéndose a ser castigados, a venerar esa imagen? Seguramente, porque en la magna imagen no veían algo horrible, sino una presencia salvadora; porque no iban a someterse a un destino sin piedad, sino a intentar salvarse de aquel que los colonizadores les imponían. Miraban allí una presencia en donde encontraban lo perdido durante tantos años: el sentido de su propia dignidad, de su papel primordial en la estructura del mundo... Algo muy superior veneraban, muy cercano a ellos, muy suyo, que no entendieron entonces los extranjeros y que siguen sin entender hoy los “mexicanos” con el corazón extranjero...


No puede evitarse, entonces, que, si se miran y se reflexionan con el ser profundo –y no sólo con los ojos, y menos con nuestros prejuicios- estas obras de la sabiduría-espiritualidad aztecas y mesoamericanas, tengamos que concluir, con los mexicanos que aún tienen un fuerte corazón azteca-olmeca-tolteca, y junto con Bonifaz Nuño, contrariamente a algunos autores a quienes él rebate con toda claridad y a muchos hombres y mujeres nacidos en México que desprecian la cultura mexicana: Tiene el hombre un papel esencial en el devenir universal. Pero en realidad, esta colaboración humana se sitúa por encima de una simple alianza en la batalla contra el mal... El hombre no es un simple aliado. Es el motor de la fuerza creadora del mundo. Esto es lo que representan, en este aspecto, las imágenes de Tláloc... El hombre central, y, junto a él, los contrarios divinos, que ya dejaron de oponerse y, junto con él, han constituido la tríada inicial de la cual todo ha de tener nacimiento... Nada se crea en el mundo sin la intervención del hombre; sin él, los dioses quedan inmóviles o en peligro de destruirse mutuamente; no hay necesidad trágica, sino gozosa y libre acción conjunta; no hay maldad: no puede haberla en el impulso que habrá de engendrar el mundo... Y si no hay maldad ni destino implacable ni insignificancia, no habrá posibilidad de que exista pesimismo... En todas las imágenes de Tláloc existe el reconocimiento de la estructura humanista del mundo. La voluntad, la idea, el sentimiento de respeto y veneración del hombre por sí mismo y su propia grandeza, por su dignidad, que se consuma al revelarse como fuente de la acción creadora de los principios divinos... Nada existiría si el hombre no existiera, nos dicen las imágenes de Tláloc; únicamente por obra de la presencia humana, adquieren los dioses la potestad de construir, ligándose con él, la realidad del mundo”...

¿Podría saberse-decirse-vivirse algo más grande en un pensamiento y en una cultura?

Deseando que esta conclusión adelantada les haya abierto el apetito por el tema, comenzamos:

Con base en un conjunto de monumentos y esculturas prehispánicos (especialmente Coatlicue y Tláloc),

y en correlación con un importante manuscrito francés (Histoyre du Mechique),

a su vez traducido de un original náhuatl, el connotado académico de la Universidad Nacional Autónoma de México Rubén Bonifaz Nuño señala:

Tal vez así llegue a admitirse que aquellos hombres no eran los ‘primitivos’ adoradores de la lluvia, preocupados sólo por la abundancia o la pérdida de sus cosechas, por la posible fertilidad de la tierra, sino que tenían un conocimiento metafísico de lo existente... Un concepto del mundo que hiciera explicables sus cualidades de grandes matemáticos, astrónomos, ingenieros, arquitectos, escultores que, paradójicamente, les son reconocidas de manera universal”...

Se supone lícitamente que contaron con una sabia organización social, bien jerarquizada, sustentada en sólidos principios morales, de acuerdo con los cuales la vida en común se desenvolvía ordenada y segura... Se sabe que hablaban lenguas copiosas con que se podían expresar conceptos de máxima abstracción; lenguas suficientes a contener, directa y metafóricamente, las finuras y la solidez del lenguaje de la ciencia, de la filosofía, de las manifestaciones poéticas... Todo eso y más, que no sería fácil enumerar aquí, se admite por todos, como cosa evidente y probable... Y todo eso puede sintetizarse diciendo que se admite sin duda que los antiguos habitantes de Mesoamérica eran hombres sabios, capaces intelectual y moralmente, conocedores de sí mismos y del mundo que los acogía”...

(El tema continuará próximamente)

Álvaro, Diácono apasionadamente mexicano en Resistencia

viernes, 22 de febrero de 2008

DEL BLOG "AMOR Y HUMOR"

TE AGRADEZCO, SEÑOR, POR HACERME DIPUTADO


Oh, Señor, tú que al pueblo has olvidado,

y que has dejado sumido en la pobreza,

te agradezco el caviar aquí en mi mesa

y este vino tan caro e importado.

Te agradezco Señor por hacerme diputado.


Oh, Señor, que al país narcotizado

has metido tú de balas un “pasón”

y que has puesto en el Gobierno a Calderón

y has llenado nuestra Patria de soldados.

Te agradezco Señor por hacerme diputado.


Oh, Señor, tú que al pueblo asalariado,

das un sueldo que nunca, nunca alcanza.

Te agradezco que pueda ser bien transa

y aumentar mi salario que es sagrado.

Te agradezco Señor por hacerme diputado.


Y si con tu protección yo me he enfermado,

de algún mal dañino y traicionero

yo me voy a ir a curar al extranjero,

porque en el ISSSTE nunca, nunca yo he confiado.

Te agradezco Señor por hacerme diputado.


Oh, Señor a ti no te he sobornado,

porque sé que merezco salvación,

y si no pues bendita corrupción

que convierte en virtud cualquier pecado.

Te agradezco Señor por hacerme diputado.


HuMoraleja: No sabe uno si reir... o llorar...


Si deseas ver y leer artículos como este, visita: http://conamoryconhumor.blogspot.com

miércoles, 20 de febrero de 2008

LA VIDA INTERIOR

LA VIDA INTERIOR

Leonardo Boff , mensajero de una profunda Espiritualidad, nos presenta así su página:

"Hoy nos encontramos en una nueva fase de la humanidad. Todos estamos regresando a nuestra casa común, la Tierra: los pueblos, las sociedades, las culturas y las religiones. Intercambiando experiencias y valores, todos nos enriquecemos y nos completamos mutuamente. (…) Vamos a reír, a llorar y a aprender. Aprender especialmente cómo casar Cielo y Tierra, es decir, cómo combinar lo cotidiano con lo sorprendente, la inmanencia opaca de los días con la trascendencia radiante del espíritu, la vida en plena libertad con la muerte simbolizada como un unirse a los antepasados, la felicidad discreta de este mundo con la gran promesa de la eternidad. Y al final habremos descubierto mil razones para vivir más y mejor, todos juntos, como una gran familia, en la misma Aldea Común, bella y generosa, el planeta Tierra." (Casamento entre o céu e a terra. Salamandra, Rio de Janeiro, 2001, pg09)...

Yo les comparto este muy reciente artículo suyo, que me parece lleno de luces para el Movimiento Ciudadano, diverso y sin embargo interiormente unido, de los que buscamos un México verdaderamente libre, justo y feliz... Debido a que la palabra “religión” es ya casi una “mala palabra” para much@s, lo único que hago con el artículo de Boff es poner la palabra “Espiritualidad” cuando él usa la palabra “religión”...

La dimensión olvidada: la vida interior

La vida interior representa, actualmente, una de las dimensiones más olvidadas de la humanidad. Urge rescatarla, pues en ella se encuentra la serenidad, y el sentimiento sagrado de la dignidad.

En primer lugar, es importante aclarar la palabra interior. Es el reverso de exterior. La vida posee una dimensión exterior. Es nuestra corporalidad. La cultura moderna ha inflacionado la exterioridad a través de todos los medios de comunicación. El mundo de las personas ha sido totalmente divulgado.

Pero existe también lo interior. Generalmente lo interior es aquello que no se ve directamente. Podemos conocer y hasta fascinarnos por el exterior de una persona, por su belleza e inteligencia. Pero para conocerla necesitamos considerar su interior, su corazón, su modo de ser y su visión del mundo. Sólo entonces podemos hacer juicios más adecuados y justos sobre ella.

Interior tiene además el significado de calidad de vida. Así decimos que la vida «en el interior» (del país) es más tranquila, más integrada en la comunidad y en la naturaleza, en el fondo, con más posibilidad de hacernos felices. Es que la vida «en el interior» no está sujeta a la lógica de la ciudad, con el ir y venir de las personas, la parafernalia técnica y burocrática, y las amenazas de violencia.

Por último, interior significa la profundidad humana. Este interior, lo profundo, emerge cuando el ser humano se detiene, calla, comienza a mirar dentro de sí y a pensar seriamente. Cuando se plantea cuestiones decisivas como: ¿qué sentido tiene mi vida, todo ese universo de cosas, de aparatos, de trabajos, de sufrimientos, de luchas y de placeres? ¿Hay vida más allá de la vida, ya que tantos amigos murieron, a veces de forma absurda, en accidentes de automóvil o por una bala perdida? ¿Por qué estoy en este planeta pequeño, tan hermoso, pero tan maltratado?

¿Quién ofrece respuestas? Por lo general son las espiritualidades y las filosofías, pues siempre se ocupan de estas cuestiones. Pero es ilusorio pensar que con asistir a los cultos o con adherirse a alguna visión del mundo se garantiza una vida interior. Todo eso importa, pero sólo en la medida en que produce una experiencia de sentido, una conmoción nueva y un cambio vital.

La vida interior no es monopolio de las espiritualidades. Éstas vienen después. La vida interior es una dimensión de lo humano. Por eso es universal. Está en todos los tiempos y en todas las culturas.

Las espiritualidades cumplen su misión cuando suscitan y alimentan la vida interior de sus seguidores, cuando les ayudan a hacer el viaje a su interior, rumbo al corazón, donde habita el Misterio. Vida interior supone escuchar las voces y los movimientos que vienen de dentro. Hay un yo profundo, cargado de anhelos, búsquedas y utopías. Sentimos una exigencia ética que nos invita al bien, no sólo personalmente, para uno mismo, sino también para los otros.

Hay una Presencia que se impone, mayor que nuestra conciencia. Presencia que habla de aquello que realmente cuenta en nuestra vida, de aquello que es decisivo y que no puede ser delegado en nadie. Dios es otro nombre para esta experiencia que satisface nuestra búsqueda insaciable.

Cultivar ese espacio es tener vida interior. El efecto más inmediato de esta vida interior es una energía que permite encarar los problemas cotidianos sin excesiva agitación. Quien posee vida interior irradia una atmósfera benéfica y transmite paz a quienes le rodean.

Alimentar la vida interior, como repite siempre Arthur da Távola en su programa de televisión «Quién tiene miedo de la música clásica», es no tener soledad nunca más. La soledad es uno de los mayores enemigos del ser humano, porque lo desenraíza de la conexión universal. La vida interior lo religa al Todo del cual es parte.

Leonardo Boff, 15 de febrero de 2008

El Movimiento Ciudadano que busca la Transformación del País ha de tener una auténtica y profunda vida y fuerza interiores, pues eso es lo que realmente somos. Eso que no es definible ni visible claramente. Eso que no perciben nuestros adversarios y que les hace creer equivocadamente que podrán atropellarnos, vencernos y rendirnos. Eso que nos mantiene cada día de pie, en Lucha y en Resistencia… Vida y Fuerza Interiores… Eso somos… Eso nos ha hecho-hace-hará fecundos y victoriosos…

Álvaro, Diácono en Resistencia

miércoles, 13 de febrero de 2008

EL AMOR EN TIEMPOS DE ODIO

EL AMOR EN TIEMPOS DE ODIO


Muy querid@s compañer@s de lucha:

A propósito del día 14 de febrero, "día del amor y la amistad", aunque sabemos bien que es una "fiesta" de dudosa procedencia y objetivos, les mando a todos un gran abrazo que intenta ser de verdadero amor, y que hoy implica solidaridad, lucha y compromiso por un Nuevo México y por verdaderas y Nuevas Instituciones, libres y democráticas... Y también les comparto nuevamente la reflexión que hice el año pasado para este día del "amor" y que, a un año de distancia, sigue completamente vigente...

EL AMOR EN TIEMPOS DE ODIO

Una destacada panista hidalguense, muy católica, me negó hace unos días la renta de un espacio para la Universidad de la IV República por mi apoyo al Movimiento Lopezobradorista… Familiares y amigos muy cercanos no me dirigen la palabra desde que estuve en el Plantón del zócalo… El “gobierno” usurpador llama a la reconciliación, a la paz y al “amor” mientras golpea, reprime y tortura... Los opositores a AMLO, medios de comunicación, ricos y poderosos, el propio “gobierno”, e incluso gente que se dice de izquierda, lo siguen atacando desaforadamente como si hubiese sido el ganador de la contienda y no el “derrotado”… Algunos que se dicen “lopezobradoristas”, y contra la petición expresa del propio López Obrador –yo fui testigo directo-, se manifiestan dentro de la catedral metropolitana contra el cardenal Rivera por su apoyo a la derecha… ¿Será imposible el “amor”, o al menos las “buenas maneras”, en un México dividido y enfrentado?...

El próximo domingo, como un eco al 14 de febrero, “día del amor y la amistad”, se leerá en todas las Iglesias católicas de México, en la Aclamación antes del Evangelio: “Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado” (Jn 13,34)… ¿Cómo escucharán este “mandamiento nuevo” los calderonistas o los panistas católicos? ¿Cómo lo escucharán los lopezobradoristas católicos? ¿Y cómo lo escucharán los millones de indiferentes y “tibios” en México que sólo parecen interesados en sus asuntos personales y que no tienen ninguna clase de conciencia social ni política?... Y, ¿cómo explicará ese “mandamiento nuevo” el padrecito priista o el panista o el perredista o el lopezobradorista?... ¿Todos eludiendo escuchar y hablar de ese espinoso asunto? ¿O cada quien a interpretar a su gusto y a su manera y según su conveniencia? ¿O hablar del “amor” como hace la tele, en un sentido comercial, cursi, trivial, sin verdadero compromiso?...

Porque después, en el Evangelio de ese día, se leerá también como Palabra de Dios, como Palabra del mismo Hijo de Dios, como Palabra que se ha ido allí, ese domingo, a escuchar y a respetar y a entender y a obedecer: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman... (Lc 6,27-38)… ¡¡¡¡¡¡¡¡¡!!!!!!!!!...

Quisiera yo, como muchos, no tener que oír hoy, en las circunstancias actuales, estas Palabras. Créanme que querría mejor regresarme al domingo pasado donde oía con gran alegría en mi corazón y como un reforzamiento de mi compromiso: “Dichosos ustedes los pobres… Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados… Pero, ¡ay de ustedes los ricos…! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán hambre!...” (Lc 6,17.20-26)… Pero, como creyente y como diácono, he de escuchar también esta Nueva Palabra. Aunque duela, aunque rasgue. He de seguir confiando en que esta Palabra ha de ser también Palabra de Verdad, de Justicia y de verdadera Libertad…

Es muy difícil interpretar y explicar ese "Amen a sus enemigos". Y sin embargo, cada uno de los creyentes tenemos que hacerlo, con plena libertad y con pleno compromiso... Si yo estuviera el próximo domingo frente a ustedes, como sacerdote diácono, les diría algo como esto después de leer el Evangelio:

La clave de la comprensión del mandamiento nuevo ("Ámense los unos a los otros") es lo que el mismo Jesús dice unas líneas adelante: “Como yo los he amado”… El “mandamiento nuevo” no es el del “amor” frívolo y rosa y adormecedor que presentan la tele y la mercadotecnia. No. Se trata de un “amor” auténtico y comprometido como el que Jesús vivió, más que habló, y por el que dio la vida…

Dice entonces hoy la Palabra: “Amen a sus enemigos”. Si la clave es “como Jesús”, entonces debo preguntarme: ¿Quiénes fueron los enemigos de Jesús y cómo les amó? Pues si yo tengo los mismos enemigos que tuvo él no me será difícil saber cómo obedecer a su “mandamiento nuevo”… Y está muy claro: Los enemigos de Jesús fueron los ricos y poderosos de su tiempo; los romanos invasores; los jerarcas religiosos de entonces: sacerdotes, escribas y fariseos; y los “demonios”… ¿Cómo amó Jesús a estos “enemigos”? ¿Comiendo y conviviendo con ellos? ¡No! Comía y convivía con pobres, pecadores y prostitutas… ¿Tolerando “bondadosamente” sus abusos e injusticias? ¡No! Los trató “duramente” e incluso llegó a usar la fuerza física para echarlos fuera… ¡Sólo fue “bondadoso” con los “enemigos” que corregían el camino y se arrepentían! El amor de Jesús nunca fue complacencia, ni complicidad, ni silencio, ante el mal y la injusticia de sus “enemigos”… ¿Cómo amó Jesús entonces a estos “enemigos”? ¡Enfrentándolos! ¡Combatiéndolos! ¡Intentando corregir sus torcidos caminos! ¡Denunciando sus mentiras, hipocresías y atropellos!... Si tus “enemigos” hoy, en tu propia historia personal, son los mismos de Jesús: ricos, poderosos, usurpadores, jerarcas religiosos, demonios, y has escuchado hoy realmente la Palabra de Dios y no tu propia palabra convenenciera, sabes lo que tienes que hacer para amarles según el Verdadero Mandamiento del Amor…

Es más difícil entender y obedecer a la Palabra si tus “enemigos” son diferentes a los de Jesús. ¿Son los pobres tus enemigos, esos “nacos” revoltosos y “violentos”, esos “locos” “renegados” y “esquizofrénicos” que hablan de fraude y de usurpación, que tienen hambre y sed de justicia? ¿Esos que “no tienen quehacer” y andan en marchas, plantones y manifestaciones? ¿Esos que interrumpen tu “paz” e incomodan a tu conciencia pidiendo igualdad, legalidad, democracia y libertad?... La pregunta que debes hacerte, si es este tu caso, es: ¿Cómo amó Jesús a estos “enemigos” míos, que fueron “amigos” y gente cercana a Él?... ¿Los despreció y persiguió y rechazó como hago yo?… Creo que tú sabes la respuesta si eres un auténtico cristiano que ha venido este domingo realmente a escuchar a Dios y a obedecerlo… Sabes bien que toda la Bondad y la Ternura y la Misericordia de Dios se desbordaron entonces, y eso sigue sucediendo hoy, sobre los más pobres y sobre los perseguidos y calumniados, y sobre todos los que sufren cualquier clase de opresión…

Pero es todavía más difícil entender y obedecer a la Palabra, prácticamente imposible, si tú eres hoy uno de los “enemigos” de Jesús, si eres hoy uno de esos ricos, poderosos, jerarcas religiosos, “demonios” que no quieren corregir el camino, arrepentirse, cambiar de vida y de actitud, y comenzar a luchar, junto a Jesús y a los suyos, por la Verdad, la Justicia y el auténtico Amor… Por eso buscas una iglesia y un padrecito “a modo”, para que te interprete el Evangelio como a él y a ti les conviene. Los domingos no buscas realmente a Dios. Te buscas, como toda la semana, a ti mismo y logras autoengañarte, con la bendición de un falso dios, para seguir en el error, en la mentira y en la destrucción de ti mismo y de los demás. Tú en realidad odias a Dios y a todo lo que Él representa, y odias a todos aquellos que llevan y expresan al verdadero Dios en sus luchas y en sus hechos… Tú eres uno de mis “enemigos” más terribles y, como pide hoy también la Palabra, oraré por ti para que ocurra en tu interior un milagro: que tu corazón de piedra, egoísta y endurecido, se transforme en un corazón blando y generoso capaz de amar a México y de buscar el bien de todos los mexicanos, especialmente de los que más sufren hoy injusticia o marginación…

El Evangelio de este domingo continúa rasgando e interpelando a cualquiera que tenga una conciencia y se decida a escucharla: “Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames… (Lc 6,27-38)… ¿Cómo escuchar esto hoy? ¿Cómo explicar esta Palabra y cómo permitir que sea realmente Verdad y Vida en las circunstancias actuales de nuestro México?... A los simpatizantes de “la Otra” esto indudablemente les sonará como una bofetada, como una aberración, como “opio para el pueblo”… A los de la “derecha” abusiva e hipócrita les encantará el texto para llamar convenencieramente y “en el nombre de Dios” a la “paz” y al “orden” y al silencio sumiso sobre sus fraudes y atropellos…

Pero a los millones que soñamos en un Nuevo México, en una Nueva República, simplemente resultan estas palabras verdadero “Evangelio” -es decir, “Buena Noticia”- que nos confirma el rumbo que hemos tomado y los objetivos que nos hemos propuesto: Nuestra lucha ha de continuar siendo por las vías de la Resistencia y de la Desobediencia Civil Pacíficas… El texto del Evangelio que estamos reflexionando implica estar en pie de lucha, implica un amor no “rosa”, ni “azul frío”, sino un amor muy fuerte y muy comprometido… Y rasga, duele e interpela porque no es fácil… Fácil el amor egoísta o “rosa”. Fácil también el odio… El Amor que lucha y que resiste pacíficamente, ese amor es de gente grande y de patriotas auténticos. El Amor que lucha y que desobedece pacíficamente, cuando las leyes o las instituciones son injustas, ese amor es de héroes y de santos…

“Presentar la otra mejilla” no tiene nada que ver con sumisión cobarde. Cuando en el Evangelio de Juan se habla de Jesús recibiendo una bofetada, vemos que Él 1) No devolvió el golpe, 2) Tampoco corrió y huyó, 3) Tampoco se quedó sumisamente callado. Jesús enfrentó a su golpeador y le dijo: “Si he respondido mal, demuestra dónde está el mal. Pero si he hablado correctamente, ¿por qué me golpeas?” (Jn 18,23)…

Gandhi demostró con hechos, con su propia vida, con los resultados que fue obteniendo, el poder que tiene este amor auténtico que lucha sin odio y sin violencia, pero también sin huir, sin dar marcha atrás, sin caer en la sumisión o en la indiferencia, con una enorme fuerza y convicción interiores. La Resistencia Civil Pacífica y la Desobediencia Civil Pacífica son revolucionarias, pero también son eminentemente evangélicas y profundamente espirituales… Y no tienen nada que ver con ninguna “religiosidad” mocha, masoquista, sumisa o cobarde…

La Desobediencia Civil Pacífica, que es propiamente hoy la etapa en la que millones nos encontramos frente al des-gobierno ilegal e ilegítimo, ha de sostenerse y cimentarse en Palabras de Verdad y de Vida como las que hemos escuchado este domingo, en un Amor absolutamente Nuevo como corresponde a Ciudadanos Nuevos en una Nueva República: “El Señor le dará a cada uno según su justicia” (1Samuel 26,2-23, escuchábamos en la primera lectura). Por esta Palabra sabemos que nuestra Victoria es segura…

Desobediencia Civil Pacífica es lo que hizo Jesús ante las “leyes” absurdas o injustas de su tiempo. Ese fue su Amor por su País y por el mundo entero en todas las épocas. Esta fue la Nueva Ley Espiritual que nos dejó como herencia… Por esta Desobediencia Civil Pacífica suya fue por la que lo acosaron, lo persiguieron, lo apresaron y lo asesinaron… Sólo recordemos un poco: “¿Cómo puede blasfemar de este modo? ¿Quién puede perdonar los pecados fuera de Dios?” (Lc 5,21)… “Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley que eran amigos suyos, expresaban su descontento en medio de los discípulos de Jesús: ‘¿Cómo es que ustedes comen y beben con los cobradores de impuestos y con personas malas?’” (Lc 5,30)… “Los discípulos de Juan ayunan a menudo y rezan sus oraciones, y lo mismo hacen los discípulos de los fariseos, mientras que los tuyos comen y beben” (Lc 5,33)… “¿Por qué hacen lo que no está permitido hacer en día sábado?” (Lc 6,2)… “Los maestros de la Ley y los fariseos espiaban a Jesús para ver si hacía una curación en día sábado y encontrar así motivo para acusarlo” (Lc 6,7)… “Si este hombre fuera profeta, sabría que la mujer que lo está tocando es una pecadora, conocería a la mujer y lo que vale” (Lc 7,39)… Etc., etc., etc… A cada una de estas cosas que pensaban o le decían Jesús respondió siempre con firmeza, sabiduría y autoridad. Pongo aquí sólo una de sus respuestas que es fundamental para comprender su actitud libre y de Desobediencia Civil Pacífica: “El sábado –las leyes- ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado –las leyes- (Mc 2,27)… Es decir, una ley -y una institución-, si es racional y justa, es para servicio del hombre, para liberarle y hacerle mejor. No para, con pretexto y justificación de la “ley”, abusar de él, oprimirlo o disminuirlo… Jesús fue respetuoso de toda ley sabia y justa, religiosa o civil, que estuviera a favor del hombre. Pero denunció y desobedeció un montón de “leyes” arbitrarias, inútiles, irracionales, hipócritas y abusivas que sólo beneficiaban a unos cuantos, tanto en el campo de lo civil como de lo religioso…

Su Amor, el Nuevo Amor, fue inaguantable para los que vivían y predicaban un “amor” falso, hipócrita y convenenciero… Para estos representantes del “amor” viejo y podrido es para quienes especialmente pronunciaba Él estas otras palabras del Evangelio: “Sean misericordiosos… No juzguen… No condenen… Perdonen… Porque con la misma medida con que midan, serán medidos” (Lc 6,27-38)… ¿Habrán escuchado esto los ricos y poderosos, los jerarcas religiosos, los usurpadores en México, los medios de comunicación vendidos? ¿O habrán volteado hacia el pueblo, hacia los que estamos luchando, como diciéndonos, “en nombre de Dios”: “Ahí les hablan. Pónganse en orden. Quédense calladitos. Perdónennos otro sexenio nuestros abusos y atropellos. Tengan misericordia de nosotros que sólo somos unos pobrecitos ricos. No sea que aparte de no tener bienes en esta tierra también se queden sin los del cielo, eh?”…

El Amor hoy, en estos tiempos de fraude, cinismo y odio, el Amor verdadero, el de “amarillo sol” y el de “rojo sangre”, tiene dos nombres simples y claros: Resistencia Civil Pacífica y Desobediencia Civil Pacífica… Es esta la única Esperanza... Es el único Remedio de fondo contra el Odio Estructural económico, social, religioso y político que ha ido creciendo en México y en el mundo en los últimos años… Los creyentes verdaderos, los hombres y mujeres libres y espirituales en la Nueva República, sabemos lo que tenemos que hacer y lo seguiremos haciendo…

Álvaro, Diácono en Resistencia